lunes, 8 de septiembre de 2014

Gambas filtradoras: Atyopsis moluccensis

Gambas filtradoras: Atyopsis moluccensis

Estos decápodos de tamaño medio, que llegan a sobrepasar los 12 cm, son aún grandes ignorados en el mundo de la acuariofilia. Recientemente hemos experimentado un auge importante de las especies de gambas llamadas enanas, sobre todo las procedentes de los lagos de Sulawesi. Sin embargo, toda la región del sudeste asiático y del centro-sur de África es prolífica en especies de crustáceos de lo más variopinto. Algunas de estas especies, "hermanas mayores" de las sulawesinas, son estas preciosas gambas filtradoras o gambas bambú que vamos a ver a continuación.

Foto: Atyopsis moluccensis. Autor: I. García

Las gambas filtradoras tienen a uno de sus más hermosos representantes en la especie de la fotografía, Atyopsis moluccensis, la cual ostenta unos colores anaranjados o parduzcos que dibujan líneas sobre su cuerpo para camuflarlas en la vegetación de los ríos y arroyos cercanos al mar en Tailandia o Indonesia. Esta coloración puede variar de intensidad según las necesidades del animal o su ciclo vital. A veces nos encontramos con ejemplares casi rojos o amarillentos muy llamativos a la vista.

Las gambas filtradoras se alimentan gracias a dos pares de extremidades, situadas debajo de la boca, especialmente adaptadas para capturar las partículas en suspensión en el agua. Estas extremidades están dotadas de barbas translúcidas, cuya forma recuerda a la de un paipai o abanico redondeado, y se cierran sobre sí mismas a modo de pinzas para ser introducidas en las mandíbulas.

Detalle de la gamba alimentándose bajo la corriente de agua. Autor: I. García

Uno de los inconvenientes por los cuales estas especies no son muy empleadas en acuariofilia es su imposibilidad para reproducirse en un acuario de agua dulce convencional. Las larvas de estas especies necesitan pasar por aguas saladas y salobres, condiciones que nos son imposibles de reproducir en cautividad de manera adecuada para que se puedan desarrollar hasta su fase adulta.

No obstante estas gambas son dignas del mejor de los acuarios, tanto por su belleza general como por su curiosa evolución, que las ha dotado de partes anatómicas excepcionales. Además son animales de un carácter tremendamente pacífico, capaces de convivir tanto con peces como con cualquier otro tipo de invertebrado no agresivo, ideales para mantener entre las plantas de nuestros grandes y medianos acuarios, debido a su tamaño respetable.

Foto: Macho y hembra de Atyopsis moluccensis. Autor: I. García